Las restricciones contra Cuba y el imperialismo en Latinoamerica
Primero que nada, la “guerra fría” ya terminó hace tres decadas y Cuba nunca ha sido una amenaza para la seguridad estadounidense. En vez de volver al feudalismo entre Cuba y Estados Unidos y promover esta guerra comercial y política, la política pública del gobierno de Estados Unidos se debe enfocar en proveerle más oportunidades a Cuba para su desarrollo económico e incorporación al mercado internacional. El gobierno norteamericano también tiene como meta derrocar al gobierno de Venezuela para imponer a Juan Guaidió, un colaborador de la CIA y explotar recursos naturales como petróleo. Esta nación ha destruido democracias velando por sus interesés en paises de latinoamerica, desde Chile a Nicaragua.
Cuando el presidente Obama ganó las elecciones y negoció la liberalización, aunque limitada del turismo norteamericano en Cuba, se sintió un aire de esperanza en la comunidad internacional. La decepción de ese acuerdo es que no eliminaba el embargo que ha sofocado la economía de la isla caribeña en los últimos 55 años. El imperio utiliza el embargo como maquina de presión para provocar una rebelión en Cuba e imponer un dictador militar de la forma sangrienta que lo lograron en Chile en 1973. Es importante no olvidar que este fascismo en Chile dejó más de 3 mil muertos y centenas de miles de desaparecidos con la retórica de traer “democracia y estabilidad”. Restaurar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cuba es imperativo para reducir la pobreza en Cuba y promover la creación de empleos bien renumerados en esta isla.
Hay que mencionar que se puede sospechar que este retroceso en las relaciones de Estados Unidos tiene un efecto nocivo en la economía norteamericana. Muchas cadenas hoteleras tenían como meta expandir o iniciar operaciones en Cuba pero sus planes se veran atacados por la reducción en el turismo al país latinoamericano. Quienes únicamente se benefician de esta opresión al pueblo cubano son las petroleras con miras de utilizar a Cuba de trampolín para intervenir en Venezuela y acabar con el socialismo latinoamericano. No podemos creer la fantasía de que las intenciones de Estados Unidos son “asegurar la democracia de países tercer mundistas”, porque este imperio se ha distanciado de este discurso através de su historia.
La comunidad latinoamericana se debe unir para proteger a Latinoamérica del plan del imperio yankee de extraer recursos naturales de estos países para sus ganancias. Es crucial mencionar que esta idea de volver a prohibir los viajes entre estadounidenses y cubanos no la originó Trump, sino que es respaldada por la mayoría de los políticos estadounidenses, especialmente dentro del partido republicano. Incluso, los senadores Ted Cruz y Marco Rubio propusieron en los debates para la candidatura presidencial republicana cerrar la Embajada de Estados Unidos en Cuba, embajada que abrió sus puertas en el 2016, último año del mandato del presidente Barack Obama. Estas leyes en contra de los viajes a la nación cubana, contradicen la constitución de Estados Unidos al discriminar contra individuos que tienen creencias políticas distintas al norteamericano promedio y perpetuan un terror en contra de los movimientos a favor de la clase trabajadora.
Hay que reconocer que en las últimas semanas el gobierno norteamericano ha sufrido derrotas como el fallido golpe de estado en Venezuela el 30 de abril. Este fallido intentó le mostro a la comunidad internacional que la fantasía mediática sobre un descontento con el gobierno socialista de Venezuela va a colapsar. Eventualmente el cabildeo de cruceros y cadenas hoteleras va a empujar a que Estados Unidos normalice las relaciones con Cuba, e inclusó elimine el embargo comercial que ha trascendido varias generaciones. El abuso de los “Yankees” contra latinoamerica tiene que cesar y hay que luchar por más equidad, menos pobreza y más democracia en la región y el continente.